Elegir al cuidador adecuado
by
Romina Sarcletti
Cuando un ser querido necesita asistencia constante, la ayuda de un cuidador puede ser una solución valiosa. Confiar el cuidado de un familiar a otra persona implica no sólo emociones, sino también muchas preguntas prácticas: ¿Cómo elegir a la persona adecuada? ¿Qué obligaciones legales existen? ¿Cómo mantener un equilibrio entre la ayuda y la vida familiar?
Gestionar la relación con un cuidador requiere responsabilidad, organización, claridad y respeto mutuo. Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos para afrontar esta experiencia de la mejor manera.
1. Definir las necesidades de la persona a cuidar
Antes de contratar a un cuidador, es fundamental tener claro el tipo de asistencia que se necesita:
- ¿Atención 24 horas o solo unas horas al día?
- Cuidados personales (higiene, alimentación, administración de medicamentos)
- ¿Apoyo doméstico (limpieza, cocina, compras)?
Tener una imagen precisa ayudará a encontrar al perfil más adecuado.
2. Elegir al cuidador adecuado
Seleccionar a un profesional del cuidado a domicilio es un paso crucial. Algunos aspectos a considerar son:
- Experiencia y referencias: busca a alguien con experiencia específica en el tipo de asistencia que necesitas (personas mayores con demencia, discapacidad, etc.).
- Empatía y carácter: la convivencia requiere paciencia y sensibilidad.
- Idioma y comunicación: es importante que haya buena comprensión mutua.
Puedes recurrir a agencias especializadas o portales online, pero siempre verifica las referencias.
3. Aspectos legales y contractuales
Un acuerdo verbal no es suficiente: es necesario un contrato formal. Si resides en Italia, ten en cuenta:
- Tipo de contrato (tiempo completo/parcial, por horas, residencial)
- Pagos conforme al CCNL Colf e Badanti
- Cotizaciones al INPS pagadas regularmente
- Derechos a vacaciones, permisos y descansos
Consejo: solicita ayuda a un asesor laboral o patronato para gestionar todo correctamente.
4. Comunicación y relación
Una buena relación entre la familia y el cuidador es clave:
- Establecer reglas claras y compartidas (horarios, tareas, uso de espacios)
- Mantener un diálogo abierto y respetuoso
- Integrar al cuidador en la dinámica familiar sin perder de vista los roles
5. Respeto y reconocimiento
El trabajo del cuidador suele ser emocional y físicamente exigente. Mostrar gratitud, respetar su espacio y escuchar sus necesidades contribuye a una relación de confianza y colaboración.
6. Gestión diaria
La comunicación constante es la base para una convivencia armoniosa:
- Acordar una rutina diaria
- Dejar instrucciones claras sobre medicamentos y actividades
- Mantener una agenda para registrar cambios en el estado del paciente
7. Seguimiento y apoyo
No se trata de “controlar”, sino de acompañar el proceso:
- Organizar reuniones periódicas para evaluar la situación
- Observar el bienestar del ser querido como indicador de la calidad del cuidado
- Ante problemas, actuar con rapidez, claridad y respeto
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8. Afrontar momentos difíciles
Puede haber malentendidos o tensiones. En esos casos:
- Busca un diálogo directo y calmado
- Involucra a otros familiares o a la agencia si es necesario
9. Saber cuándo cambiar
Si se observan signos de desorganización, tensiones frecuentes o negligencia, es momento de reevaluar la colaboración. Cambiar de cuidador no es un fracaso, sino un acto de responsabilidad. Si la relación no funciona, es mejor finalizarla respetando los términos contractuales.